jueves, 23 de agosto de 2012

Calidad educativa

Criterios de calidad
en la formación docente
Lo que presento a continuación es un ejercicio incompleto de criterios para valorar y mejorar la calidad de los procesos de formación de docentes. Es la discusión en
eventos de esta naturaleza, junto con la investigación sobre la práctica formativa de los docentes, la que permitirá ir gradualmente completando esta propuesta.
Voy a dividir los criterios que emergen de este primer ejercicio en tres grandes categorías. En primer lugar me voy a referir a criterios de calidad que atañen a cualquier empresa educativa, y por tanto también a la de formación de docentes. En un segundo momento abordaré aquellos criterios que tienen relación con la necesaria vinculación entre la formación de maestros y el sistema educativo nacional, a los que denomino "criterios sistémicos". Por último, apunto la necesidad de completar este ejercicio con criterios referidos al quehacer específico de las instituciones formadoras de docentes. Debo decir de antemano que considero que estas categorías forman un todo, de forma tal que ningún ejercicio de mejoramiento de las instituciones formadoras de docentes será completo si sólo nos referimos a una de ellas.
Los criterios de calidad
de toda empresa educativa6
Estos criterios se basan en un supuesto fundamental, que sostiene que las grandes reformas en materia de política educativa son indiscutiblemente necesarias si lo que se busca es mejorar la calidad de la educación. Sin embargo, estas reformas son insuficientes. El verdadero salto cualitativo en educación sólo podrá darse a partir de cada plantel, es decir, de cada institución formadora de maestros.
Este no es un planteamiento novedoso. Hay una preocupación creciente, a nivel mundial por enfoques de esta naturaleza al problema de la calidad educativa, en el entendido de que la verdadera educación es la que tiene lugar en cada aula, en cada plantel y es ahí donde se define su calidad.
En un intento por hacer una apretada síntesis de los criterios que implica esta visión complementaria de la calidad de la educación, señalo los siguientes criterios fundamentales.
El dinamismo de la institución particular
. Esto responde a la certeza de que no es posible mejorar cualitativamente si seguimos haciendo más de lo mismo. En una institución estática, no hay calidad porque la calidad es un concepto, por definición, a la vez relativo y dinámico. Por un lado, la calidad se juzga en comparación con algo más: con otras instituciones, con otros países, con el pasado, con el futuro deseable. Por otro, la calidad no puede representar un punto fijo de llegada. Siempre es posible más calidad. Por lo mismo, una institución que busca la calidad será una institución dinámica: siempre en movimiento por lograr mayor calidad.
El reconocimiento de que hay problemas
. Se dice que la autocomplacencia es el peor enemigo de la calidad. Si consideramos que las cosas están bien, no hay movimiento hacia la calidad posible. Por lo tanto, un criterio general para juzgar y mejorar la calidad de nuestras instituciones formadoras de maestros es la capacidad de crítica que encontremos a su interior; esta capacidad, permanente, de reconocer que hay problemas.
El equipo de docentes de una institución educativa debe funcionar como tal
. De nada sirve que se cumplan los dos anteriores si las personas que trabajan en la institución carecen de oportunidades de compartir sus diagnósticos de los problemas: no tienen los espacios para discutir acerca de nuevas formas de hacer las cosas: trabajan aisladamente. Peor aún resulta que en un equipo existan fricciones, falsas competencias, chismes. En un ambiente de esta naturaleza, no puede haber proyectos tendientes a mejorar la calidad institucional.
Que exista liderazgo.
Es el legítimo o legitimado de una institución el que es capaz de crear las condiciones para que haya equipos de trabajo que verdaderamente funcionen como tales, y para que dichos equipos tengan las oportunidades de las que hablé con referencia al criterio anterior. Un buen líder en este tipo de instituciones es aquél que centra sus energías en las funciones de apoyo y estímulo al quehacer del equipo, por encima de funciones, que también le corresponden pero que generalmente cobran prioridad, relacionadas con el control y con la administración.
Una institución educativa, antes que nada, mira hacia afuera
. El objetivo externo de la educación es lo que le da sentido a toda empresa que educa. Esto parece una obviedad, pero a menudo se nos olvida. Organizamos muchas de nuestras actividades en función de que nuestros alumnos pasen un examen, sean admitidos al grado siguiente, o simplemente en función del cumplimiento de normas y reglamentos del sistema educativo más amplio. Con ello, sin quererlo, dejamos en un segundo plano el para qué educamos.
Una empresa que educa
, el centro está en los beneficiarios de esa educación. Indiscutiblemente, el beneficiario más importante es el alumno. Pero además, es necesario tener en cuenta que hay también beneficiarios menos directos, pero igualmente importantes, de la empresa educativa. Beneficiario es todo aquél que juzga la calidad de lo que hacemos. Y desde este punto de vista, beneficiarios de las instituciones formadoras de maestros son también los alumnos a quienes servirán, en el futuro, los maestros en formación. Y en un círculo más amplio, beneficiara es la sociedad toda.
El proceso
. De hecho, son los procesos los que producen calidad. Y en las empresas educativas, los procesos están constituidos fundamentalmente de relaciones interpersonales de los maestros entre sí, y de la institución con la comunidad educativa más amplia. La calidad de las relaciones interpersonales e institucionales de la entidad que estamos valorando o queremos mejorar será un excelente indicador de la calidad de la institución.
Entre los indicadores más precisos de estos procesos de interrelación personal, cabe mencionar los siguientes:
• El ejercicio de la crítica y la autocrítica, entendiendo con ello que se pierda el miedo a decir lo que se piensa, a que las personas estén abiertas a reconocer

sus errores. La crítica constructiva es necesaria para mejorar el desempeño y una fuente privilegiada para mejorar.
• La valoración de la diversidad. No todos tenemos que pensar igual. De hecho, cuando se llega a consensos entre personas que piensan diferente, éstos se vuelven especialmente valiosos.
Y aunque podríamos enumerar muchos más criterios relacionados con la calidad de toda empresa educativa, no podemos cerrar esta apretada lista sin añadir un octavo que resulta fundamental.
Rendir cuentas.
En general, hay una tensión entre las cuentas que debemos rendir al sistema y las que debemos rendir a nuestros beneficiarios, directos e indirectos. Generalmente privilegiamos lo primero. Es necesario que se desplace el centro de gravedad de manera que prioricemos el rendir cuentas a nuestros beneficiarios, al mismo tiempo que mejoremos su capacidad de exigirnos. La exigencia es el motor fundamental de la calidad. De esta forma, una empresa educativa que rinde cuentas a sus beneficiarios es una empresa de mayor calidad que otra que no lo hace.
Todos los criterios anteriores apuntan hacia el establecimiento de condiciones para que una institución educativa pueda involucrarse en un proceso permanente de reconocer problemas, planear conjuntamente para resolverlos y comprometerse colectivamente en su solución.
Los criterios de calidad
de carácter "sistémico"
Una institución formadora de maestros no está aislada
. Opera al interior de un sistema educativo mayor y cumple en él funciones específicas que resultan esenciales para el funcionamiento del sistema como un todo. Desde esta perspectiva, hay un conjunto de indicadores de calidad relacionados con la forma en que las instituciones formadoras de maestros están cumpliendo con estos requerimientos del sistema más amplios. Aquí sólo mencionaré dos de estos requerimientos sistémicos.
La función cuantitativa: formar la cantidad de maestros que el sistema requiere. Ya hemos analizado las dificultades que enfrenta el sistema actualmente para lograrlo. Mejorar la calidad también significa poder resolver estos problemas.
• Y seguramente el más importante, se refiere a la función cualitativa. Nos estamos refiriendo a la función de formar la calidad de maestro que el sistema requiere.

http://portal.iteso.mx/portal/page/portal/Sinectica/Historico/Numeros_anteriores02/007/Schmelkes%20Sylvia%207.pdf

No hay comentarios:

Publicar un comentario